Siento de verdad no haber subido nada en tanto tiempo, pero lo que tiene Bachiller es que tienes que estudiar más :( Prometo que pronto estaré de vuelta con más nuevos y miestioros capis...Palabra ;)
Gracias a los que todavía esperan para ver como termina la historia a pesar de que haya estado durante tanto tiempo sin renovar nada.
Adelanto
*Conexión telefónica*
-...
- Bill, esto no puede estar pasando - gimoteó June al micrófono del teléfono.
- Tranquila, amor - el cantante sonaba agitado -, te prometo que te voy a encontrar... No te voy a dejar sola, lo juro.
- ¡Tengo miedo! - llegaba la voz ahogada de la joven -. Por favor, ven a buscarme y pídele ayuda a la tía Susa... ¡Ah! ¡No me toques! Déjame, por favor... - oyó Bill que lloraba su novia.
- ¡Déjala en paz, monstruo! - gritó por el móvil.
- Ya has hablado con ella - una voz distorsionada le llegó al cantante -. Ya sabes lo que tiees que hacer si la queréis de vuelta.
-...
*Fin conexión telefónica*
***
Tom se adentró en una habitación oscura, mientras Mery le sujetaba fuertemente la mano. Miraron a su alrededor y se encogieron del asco al ver lo que los rodeaba. Las paredes tenían incrustados unos grilletes, y en la zona cercana a ellos estaba manchada de sangre.
- ¡Dios mío! - gimió Mery tapándose la boca con una mano y sollozando contra el hombro de su novio -. ¿Qué le pueden haber hecho al pobre Derek?
***
- ¡Eres un maldito cobarde! - gritó Dasha con los ojos llenos de lágrimas de rabia mientras Georg le sujetaba desde atrás por los antebrazos para que no se arrojara sobre el joven que estaba delante -. No eres capaz de admitir tus verdaderos sentimientos, no sabes cuidar de tu familia, no puedes dejar de pensar en tu trabajo por encima de todo lo demás...
- Dasha, creo que estás exagerando - le llegó a la joven la voz calmada de Georg.
- ¡¡No hay nada que me importe más que mi familia!! - gritó Eric, con la mandíbula desencajada.
- No te creo, porque mientras discutimos no sabemos dónde están ni June, ni Derek ni los niños... ¡Y no haces nada por ellos! - gritó ella, con la cara desencajada -. ¡Me das lástima!
¿¿Qué pasará??