Éstos son los personajes más importantes

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Capítulo 47


-       No entiendo – dijo June -. ¿Cómo puede ser que Bill haya sentido que tú… si estáis aquí?
-       ¡Oh mierda! – exclamó Tom mientras los dos se miraban entre ellos y se sonrojaban -. Se me había olvidado Bill.
-       ¡Pues menudo despiste Tom! – se quejó entonces su gemelo saliendo de la ducha.
June se quedó mirándole como una babosa. Con maquillaje estaba guapísimo, pero sin maquillaje y al natural lo estaba tanto o más. Llevaba unos vaqueros de cinturilla baja que enseñaban el extremo superior de su bóxers y una camiseta de algodón, cómo no, negra. Y llevaba una toalla como si fuera un turbante en la cabeza. Iba jugueteando con el piercing que tenía en la lengua, y a June le recorrió una escalofrío de algo hasta entonces desconocido, pero intentó apartar de su cabeza todos los pensamientos indebidos y siguió la conversación, o más bien pelea que estaban teniendo los hermanos.
-       Te pusiste contento cuando estaba hablando tranquilamente con June y no sabes qué apuro me entró – se quejaba el recién bañado.
-       ¡Sí, ya, hablando tranquilamente! – se burló Tom -. Estabas besándola, so zopenco, que si no, no te habría entrado tanto apuro.
-       ¿Y qué más da qué estaba haciendo? – se exasperó Bill -. Me hiciste sentir incómodo.
-       Sin pensabas que ayer me iba a quedar sin Rock & Roll después de que Mery accediera, es que estás loco – le retó su gemelo.
-       ¿Cómo que Rock & Roll? – exclamaron Dasha, Eric, Georg y Gustav.
-       ¡Ay amiga! – exclamó Dasha contenta, abrazando a Mery -. ¡Te estrenaste con el hombre de tus sueños! Espero que hayas sido tierno y paciente con ella – amenazó al novio de su amiga.
-       Cien por cien tierno – prometió Tom con una sonrisa.
-       Oye, yo no es que me sienta muy cómoda hablando de este tema – se quejó Mery.
-       Pues te tendrás que acostumbrar – rió Gustav -. Porque como estas fotocopias saben cuándo el otro está sesión y se quejan, así que siempre terminamos gastando bromas entre todos.
-       ¡Ay! – se quejó Mery, con un suspiro, dejándose caer en el sofá cama.
-       Pero a mí no me habéis respondido todavía – comentó June -. Porque si ya estáis aquí hace escasos diez minutos, Bill ha sentido que…
-       ¡Lo que pasa es que Tom no se aguanta sus calenturas! – le recriminó Bill -. ¿No hay un baño al final de este pasillo?
-       Bill, ¿insinúas que estos dos han estado juntos en el baño del pasillo? – preguntó Eric.
-       Pues… - comentó Tom, avergonzado rascándose la cabeza y recibiendo una mirada asesina de parte de Mery, que le decía con los ojos que se callara -. La verdad…
-       O.O – todos menos Mery, Tom y June.
Esta última lo único que pudo hacer fue echarse a reír como loca. Todos la miraron extrañados e incluso enfermeras que pasaban por el pasillo también se giraban, con curiosidad.
-       ¡Tenéis que veros! – reía ella secándose las lágrimas de la risa -. Bill, liebe, tu cara es… - y puso una mueca -, y la vuestra… - les puso otra mueca a Eric, Georg y Gustav – y Dasha sonríe tanto que le veo las muelas – y por último se giró a Tom y Mery -… y vosotros dos estáis acojonados, con unas caras de susto que no vi desde que Mery, Dasha y yo vimos la peli de “Viernes 13”.
Al ver las graciosas muecas que hacía June, a alguno se le escapó una sonrisilla. Viendo el humor con el que se tomaba la chica las cosas, los demás empezaron a calmarse y darle menos importancia. Al fin y al cabo era un hecho que iba a pasar tarde o temprano, les gustase o no les gustase.
June se levantó de su cama y se acercó directamente hacia la pareja. Se tiró hacia ellos cuando estaba lo suficientemente cerca y los abrazó a los dos por el cuello. Sonreía ampliamente, contenta por sus amigos.
-       Me alegro de que estéis así de bien – les sonrió con ternura cuando se alejó de ellos -. Y os deseo mucha suerte, porque Mery, ahora que Tom no nos oye – dijo en tono bajo fingiendo confidencialidad -, este chico es muy guapo y cualquier chica irá a su caza. Cuídalo. Y tú a ella – dijo volviéndose hacia Tom.
-       Entiendo perfectamente por qué le gustas a mi hermano – sonrió Tom agarrándola por el cuello y rascándole la cabeza con el puño mientras ella se quejaba.
-       Lo sé. Ella es… - intentó describirla Bill -… besonderes (especial) – y se quedó embobado mirándola durante unos segundos -. Pero Tom, no te escaquees del tema. Aprende a controlarte, por favor.
-       ¿Quién puede controlarse si tiene una novia así de guapa y se viste como una modelo? – se quejó Tom, haciendo sonrojar a Mery.

(Así iba Mery, incluyendo la pulsera de la chica desconocida de la foto).













-       La verdad es que sí que estás guapísima – dijo Dasha, mientras June asentía.
-       Pero, ¡por favor! – rogó Eric con cara de sufrimiento -. Sois como mis hermanas, mis pequeñas. No quiero volver a enterarme de que ha pasado algo así.
-       Si crees que voy a dejar de hacer el amor con mi novia porque tengas prejuicios – dijo Tom -, es que estás más loco que Bill.
-       ¡Pervertido! – le gritó Bill a Tom, devolviéndole el insulto.
-       No, no, no – rió negando con la cabeza -. Yo no soy quien para prohibiros hacer vuestras cosas. Lo único que os pido es que no me lo contéis.
-       No te preocupes Eric – rió Georg -. No te contaremos nada. Pero ten en cuenta que Bill y June todavía no se han acostado.
-       ¡Ya es suficiente! – volvió a quejarse el pobre chico -. Bill, simplemente trátala bien, y que yo no me entere.
-       Créeme – afirmó Bill rodeando a June con sus brazos -. Si te enteras no será porque ninguno de los dos te lo diga.
-       ¿Tú estás muy seguro de ti mismo, no Bill? – rió June -. ¿A ti quién te ha dicho que va a haber Rock & Roll?
-       ¡June! Shhh – fingió avergonzarse -. Estás cuestionando mi hombría delante de mi hermano, mis amigos y tu primo.
-       Te quiero tonto – rió mientras le daba un beso en los labios.
Siguieron riendo y pasándoselo bien el resto de la mañana. Ninguno volvió a hablar del incidente de Tom y Mery en el baño. Dasha y Eric tampoco hablaron del corto momento de intimidad y compañerismo que habían compartido antes de que June y Bill se despertaran y llegaran todos los demás.
Seguían hablando tranquilamente cuando, a media mañana, Bill recibió una llamada apremiante de su manager, David Jost. Se apartó un poco de los demás y estuvo hablando con el señor durante un largo tiempo. June lo miraba de vez en cuando y le veía hacer gestos de enfado.
En un momento dado, se giró a mirar a June y ella pudo ver que tenía el ceño fruncido. Sus ojos brillaban con furia y frustración. Furia porque no estaba de acuerdo con lo que le estaba mandando hacer su manager, y frustración porque a pesar de sentirse airado, sabía que no tenía más remedio que acatar las órdenes de  David.
Todos veían cómo daba vueltas sobre un mismo sitio. Daba cinco pasos, se giraba sobre sí mismo y deshacía lo que había andado. Cinco pasos y vuelta otra vez. Cinco pasos. Media vuelta. Cinco pasos. Media vuelta… Veían la furia que desprendía su cuerpo en cada paso que daba. En cada giro que hacía. En cada movimiento de sus nerviosas manos. Lo siguieron mirando durante un largo rato en el que el cantante discutía con el teléfono. Hasta que colgó y se giró hacia ellos.
Cuando volvió hacia los demás con gesto hosco, todos estaban pendientes de lo que fuera a decir. Todos se temían lo peor. Tom miraba a Mery, afligido, pensando que tendría que dejarla y los otros dos chicos estaban contrariados, porque en parte querían quedarse y por otra parte deseaban hacer lo que más les gustaba en el mundo: tocar su música e ir dando conciertos por todo el mundo.
-       Bill, cariño – preguntó June preocupada - ¿Qué pasa?
-       Es que Dave me ha dicho que…

Más personajes nuevos

No llegarán hasta el capítulo 48, pero para que os vayáis "aclimatando" un poco con ellos os diré de quién estoy hablando. En este caso serán tres nuevos. Dos chicas y un hombre. Si miráis en la página que pone "Personajes" los podréis ver. Siento si están muy separados de los demás, pero no sé qué es lo que pasó para que estuvieran tan separados entre ellos.
Bueno aquí os los presento:


David: Es el manager del grupo Tokio Hotel. Es casi como un padre para ellos y les ayuda en todo momento y con cualquier duda que lleguen a tener. Tiene 30 años (no sé cuántos tiene en realidad y no  he encontrado en ningún su edad y como soy muy mala echando años le doy 30 y ahí se queda).


Natalie: Ella es la maquilladora de Bill. Tiene 20 años. Es carismática, divertida y extrovertida, le encanta ir de fiesta y conocer gente nueva. Ella y Bill son muy amigos y eso va a hacer que June se ponga muy celosa y posesiva xD. Es una buena chica y al final se llevará muy bien con todos.


Genna: Ella es la hermana pequeña de Natalie, tiene 18 años. Es la peluquera de Tom, ya que alguien tiene que encargarse de todas esas próximas trenzas que se va a poner a medida que vaya adelante la historia. Ella es la sensata de las dos hermanas y va a congeniar mucho con June y los demás desde el principio. Le gusta mucho viajar y hacer surf, aunque no lo parezca xD, y le encanta ver y practicar cualquier tipo de deporte de riesgo, lo que hace que su hermana y amigos estén constantemente preocupados por ella. 


Os digo quién son en realidad por si no lo sabéis:
David Jost - David Jost, manager de Tokio Hotel. A ese no lo he cambiado.
Natalie - Keira Knightley, ha participado en películas como: 
              * "Piratas del Caribe" - Elizabeth Swan
              * "Quiero ser como Beckham"
Genna - Vanessa Anne Hudgens, ha participado en películas como:
              * "Bestial" - Linda
              * "Suker punch" - Blondie
              * "High school musical" - Gabriella Montez

Así que... ya sabéis, otros tres nombres con los que os tenéis que quedar.

Capítulo 46


Al día siguiente, el primero en llegar al hospital fuer Eric. Vio que Bill y June estaban tumbados cada uno en su cama, dormidos todavía. Pero los dos estaban tumbados de lado, mirándose, y con una mano extendida hacia el otro, como si quisieran estar agarrados en todo momento. Se le formó una dulce sonrisa al ver el gesto amoroso que tenían los dos en la cara. Eric estaba seguro de que el uno estaba soñando con el otro.
Se sentó al lado de June, y le acarició el pelo mientras seguía durmiendo. Sin duda, quitando a Dasha, June era la persona a la que más quería en el mundo. A pesar de que sólo tenía cuatro años cuando nació su primita, recordaba perfectamente el momento en el que, tímidamente y siendo empujado por su madre, entró en la sala en la que su tía estaba prostrada en una camilla, con un bebé hermoso en brazos.
Su tía le había pedido que se acercara para que cogiera a su prima en brazos. Recordó el momento en el que, una vez tubo a June en sus brazos, la bebé lo miró fijamente a los ojos, como si fuese completamente consciente de la inmensa emoción que llenaba el orgulloso corazón de su primo al tenerla en brazos. Desde entonces, siendo apenas un criajo de cuatro años, prometió que cuidaría de su prima a riesgo de su propia vida.
Una promesa que la daba la sensación de que la había roto, al verla allí tumbada en una cama de hospital, conectada a un goteo intravenoso. Se sentía culpable como un demonio y en parte esa era la razón por la que la había pagado así con Dasha.
-       Pero eres un estúpido orgulloso que no sabe admitir que ha cometido un error y no sabe pedir perdón – se riñó a sí mismo.
-       ¿Quién es un estúpido orgulloso? – preguntó detrás de él una voz femenina, absolutamente conocida.
Se dio la vuelta y se quedó mirando fijamente a la persona que acababa de llegar. Dasha sintió que su cuerpo se estremecía ante la intensa mirada del joven.  
-       Yo – respondió tras haber estado durante unos minutos mirándose a los ojos sin apartar la vista.
-       ¿Por qué lo dices? – preguntó ella, extrañada -. No digo que no lo seas – añadió con una sonrisa divertida y coqueta.
-       Porque te he hecho mucho daño porque estaba nervioso y preocupado por June y no he sabido pedirte perdón – respondió el chico, con total sinceridad.
-       ¡Oh! – Dasha se sonrojó sin saber por qué -. Te entiendo, y te perdono. ¿Sin rencores? – le preguntó tendiéndole la mano.
-       Sin rencores – aceptó él, sonriendo ampliamente y estrechándole la mano.
Cuando se soltaron, se quedaron en silencio, los dos mirando a June. Y de repente, Dasha oyó a Eric suspirar. Se giró hacia él y vio que tenía los ojos empañados con la humedad de unas lágrimas cristalinas. Verdaderas lágrimas de dolor, culpabilidad, preocupación e ira contra sí mismo. A Dasha se le partió el corazón al ver la desolada expresión del rostro de Eric.
-       ¡Ey! ¡Eric! – protestó, preocupada, acercándose a él y poniéndole una mano en el brazo.
-       Fue mi culpa, Dasha, sólo mía – lloró el chico, escondiendo su cara entre las manos -. No sabes lo culpable que me siento. Yo fui la que en parte convenció a June para que cogiera un trabajo y fuese ganándose la vida poco a poco. La verdad es que ella iba a ser mi ayudante para todo, quiero decir, tiene trabajo seguro porque ella también quiere trabajar conmigo, pero aún así quiso hacer la carrera de Derecho y luego notariado para que nadie le metiera una trola. Se lo tomó  demasiado en serio, y ahora está así por mi culpa.
-       Ni se te ocurra pensar que fue culpa tuya – intentó tranquilizarlo Dasha -. Nunca, ni lo pienses. Lo que pasó fue cosa del destino, por decirlo de algún modo.
-       El destino de June no es morir joven – respondió Eric, con fiereza -. Ella seguirá viva hasta que muera por muerte natural cuando tenga cien años y esté rodeada de nietos y bisnietos. ¡Hasta tataranietos si hace falta! Y si de verdad es ese su destino, haré lo que sea para cambiarlo con el mío.
-       ¡Oh, Eric! – susurró emocionada Dasha rodeándole el cuerpo con los brazos en un estrecho abrazo -. Es muy emotivo todo lo que estás diciendo, pero ahora en lo que tienes que pensar es en ser fuerte para June, que te va a necesitar mucho.
-       ¿Para qué? ¿Para que un coche vuelva a atropellarla y esta vez muera? – preguntó con desesperación.
-       ¡Ya basta! – dijo agarrándole la cara y haciendo que la mirara fijamente a los ojos -. Ahora mismo te vas a olvidar de todas esas chorradas que estás diciendo y vas a empezar a hablar de otro tema que te venga de repente a la cabeza.
El joven, un poco más calmado, enarcó una ceja, divertido y la miró de arriba abajo. “¿Con que lo primero que se me ocurra, eh?” pensó con picardía (¡qué bicho malo xD!).
-       Estás que te sales hoy – comentó, viendo divertido su reacción -. No ahora en serio, estás muy guapa.

(Dasha iba vestida así, sin las pulseras del maniquí y con un abrigo encima por supuesto, ya que están en invierno)













Dasha sintió que sus mejillas enrojecían violentamente a causa del piropo que le acababa de hacer el chico. En aquel momento, sin que a los dos les diera tiempo de sincerarse en algo más, entraron Georg y Gustav en la habitación, riéndose de alguna broma que habría hecho alguno de los dos. Dasha notó que Eric se ponía tenso al ver a Georg, pero por lo demás, ni siquiera su expresión dio muestras de que se sintiera incómodo. Dasha se preguntó el por qué de esa molestia al vera a Georg. ¿No sería porque estaba celoso?
-       ¡Hola, Prinzessin! – la saludó Georg cuando la vio.
Fue al lado de ella y la saludó con un beso en la mejilla. Ante aquel gesto, el propietario de las empresas Porsche frunció el ceño, confundido, como se le pareciera que un beso en la mejilla era poco para una pareja que llevaba una semana saliendo. Sin embargo Gustav sonrió, ingenuo, contento de ver que sus amigos estaban felices. Entonces, vio que Bill y June estaban cada uno en su cama todavía, dormidos.
-       ¿Estos duermen todavía? – preguntó extrañado.
-       ¿Qué habrán hecho esta noche para que se cansaran tanto? – insinuó Georg con ironía, como si nada -. ¡Au! – se quejó por el manotazo que le pegó Dasha.
-       Sabes perfectamente que no han hecho nada, pervertido – le riñó, sonriendo, y entonces se dio cuenta de que no había visto por ningún lado a la otra pareja -. ¿Y Tom y Mery?
-       Esos sí que han hecho algo – dijo Georg asintiendo, con una sonrisa pícara.
-       ¡Georg! – protestaron los otros tres.
Ante todas esas voces hablando, gritando y riendo, Bill y June fueron despertándose. Lo primero que vieron fue el uno los ojos del otro, reconociéndose inmediatamente y alegrándose para lo que quedaba de día. Se incorporaron en sus respectivas camas, y sin emitir ningún sonido, movieron los labios diciendo: “Buenos días”. Los demás al ver que se habían despertado, también les dieron los buenos días. Bill se levantó de la cama de un saltó y se estiró. June se quedó embobada mirando la tira de piel de la tripa que se le vio a Bill al levantar las manos y vio por primera vez de cerca la sexy estrella que tenía tatuada en la parte derecha de la cadera.
Bill, consciente de cómo le estaba mirando June, se acercó a ella con una sonrisa traviesa y le dio un beso suave en los labios. Inmediatamente después, se escapó de la habitación al baño para darse su ducha matinal y quitarse el pijama para ponerse la ropa.
-       ¡Fresco! – le gritó June y oyó la voz contenta de Bill riéndose de ella - ¡Ya verás!
-       ¡Estoy impaciente! – respondió Bill, a gritos también.
June se mordió la lengua, divertida, tratando de contener la carcajada que se le venía. En aquel momento oyó el sonido del agua de la ducha romper contra las baldosas del suelo del baño. Y empezó a pensar en cosas que no se había planteado hasta entonces.
Empezó a imaginarse la clara piel de Bill desnuda, sin ninguna ropa encima, sólo sus tatuajes y perforaciones. Imaginó el río de agua mojándole el pelo y pegándosele a cara y el cuello. Gotas de agua corriendo por su cuello hasta el pecho plano y sus estrechos hombros. Recorriendo el tatuaje de su nuca, con el símbolo de la banda, la estrella de la cadera y su demanda de libertad del brazo.
Cuando empezó a pensar en las “cosas” que tenía más abajo que las caderas, se sonrojó violentamente y se reprendió a sí misma. “Ya basta” se dijo “no deberías estar pensando en estas cosas en un hospital y con todos tus amigos delante, o casi todos porque Mery y Tom todavía no aparecen”. Ante aquello último sonrió. Pero lo que no esperaba es que Bill empezase a gritar tan de repente.
-       ¡Mierda, Tom! – oyeron todos que se quejaba -. ¡Te voy a matar! ¡Tú y tus calenturas! ¿Quién te manda tener una sesión matutina, eh? ¿Haber? ¿Y si no hubiese estado en la ducha, qué?
-       Tranquilo, liebe – le gritó June entendiendo qué es lo que estaba pasando -. Simplemente abre del todo el chorro de agua fría.
-       ¡Cómo si con eso bastara! – volvió a quejarse el cantante.
-       June – la llamó Eric - ¿a qué se refiere Bill?
-       Tom llevó anoche a Mery a cenar al hotel Ritz y tenía reservada una suite – dijo ella encogiéndose de hombros.
-       ¿Nosotros qué? – preguntó en aquel momento Mery, que tenía una sonrisa enorme en el rostro e iba con sus brazos alrededor de la cintura de Tom y unos de los brazos del chico por encima de sus hombros.
-       Pero si estáis aquí… ¿entonces por qué Bill…? – preguntó June confusa, cambiando su mirada desde la puerta del baño hasta su amiga y futuro cuñado...