Éstos son los personajes más importantes

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Capítulo 46


Al día siguiente, el primero en llegar al hospital fuer Eric. Vio que Bill y June estaban tumbados cada uno en su cama, dormidos todavía. Pero los dos estaban tumbados de lado, mirándose, y con una mano extendida hacia el otro, como si quisieran estar agarrados en todo momento. Se le formó una dulce sonrisa al ver el gesto amoroso que tenían los dos en la cara. Eric estaba seguro de que el uno estaba soñando con el otro.
Se sentó al lado de June, y le acarició el pelo mientras seguía durmiendo. Sin duda, quitando a Dasha, June era la persona a la que más quería en el mundo. A pesar de que sólo tenía cuatro años cuando nació su primita, recordaba perfectamente el momento en el que, tímidamente y siendo empujado por su madre, entró en la sala en la que su tía estaba prostrada en una camilla, con un bebé hermoso en brazos.
Su tía le había pedido que se acercara para que cogiera a su prima en brazos. Recordó el momento en el que, una vez tubo a June en sus brazos, la bebé lo miró fijamente a los ojos, como si fuese completamente consciente de la inmensa emoción que llenaba el orgulloso corazón de su primo al tenerla en brazos. Desde entonces, siendo apenas un criajo de cuatro años, prometió que cuidaría de su prima a riesgo de su propia vida.
Una promesa que la daba la sensación de que la había roto, al verla allí tumbada en una cama de hospital, conectada a un goteo intravenoso. Se sentía culpable como un demonio y en parte esa era la razón por la que la había pagado así con Dasha.
-       Pero eres un estúpido orgulloso que no sabe admitir que ha cometido un error y no sabe pedir perdón – se riñó a sí mismo.
-       ¿Quién es un estúpido orgulloso? – preguntó detrás de él una voz femenina, absolutamente conocida.
Se dio la vuelta y se quedó mirando fijamente a la persona que acababa de llegar. Dasha sintió que su cuerpo se estremecía ante la intensa mirada del joven.  
-       Yo – respondió tras haber estado durante unos minutos mirándose a los ojos sin apartar la vista.
-       ¿Por qué lo dices? – preguntó ella, extrañada -. No digo que no lo seas – añadió con una sonrisa divertida y coqueta.
-       Porque te he hecho mucho daño porque estaba nervioso y preocupado por June y no he sabido pedirte perdón – respondió el chico, con total sinceridad.
-       ¡Oh! – Dasha se sonrojó sin saber por qué -. Te entiendo, y te perdono. ¿Sin rencores? – le preguntó tendiéndole la mano.
-       Sin rencores – aceptó él, sonriendo ampliamente y estrechándole la mano.
Cuando se soltaron, se quedaron en silencio, los dos mirando a June. Y de repente, Dasha oyó a Eric suspirar. Se giró hacia él y vio que tenía los ojos empañados con la humedad de unas lágrimas cristalinas. Verdaderas lágrimas de dolor, culpabilidad, preocupación e ira contra sí mismo. A Dasha se le partió el corazón al ver la desolada expresión del rostro de Eric.
-       ¡Ey! ¡Eric! – protestó, preocupada, acercándose a él y poniéndole una mano en el brazo.
-       Fue mi culpa, Dasha, sólo mía – lloró el chico, escondiendo su cara entre las manos -. No sabes lo culpable que me siento. Yo fui la que en parte convenció a June para que cogiera un trabajo y fuese ganándose la vida poco a poco. La verdad es que ella iba a ser mi ayudante para todo, quiero decir, tiene trabajo seguro porque ella también quiere trabajar conmigo, pero aún así quiso hacer la carrera de Derecho y luego notariado para que nadie le metiera una trola. Se lo tomó  demasiado en serio, y ahora está así por mi culpa.
-       Ni se te ocurra pensar que fue culpa tuya – intentó tranquilizarlo Dasha -. Nunca, ni lo pienses. Lo que pasó fue cosa del destino, por decirlo de algún modo.
-       El destino de June no es morir joven – respondió Eric, con fiereza -. Ella seguirá viva hasta que muera por muerte natural cuando tenga cien años y esté rodeada de nietos y bisnietos. ¡Hasta tataranietos si hace falta! Y si de verdad es ese su destino, haré lo que sea para cambiarlo con el mío.
-       ¡Oh, Eric! – susurró emocionada Dasha rodeándole el cuerpo con los brazos en un estrecho abrazo -. Es muy emotivo todo lo que estás diciendo, pero ahora en lo que tienes que pensar es en ser fuerte para June, que te va a necesitar mucho.
-       ¿Para qué? ¿Para que un coche vuelva a atropellarla y esta vez muera? – preguntó con desesperación.
-       ¡Ya basta! – dijo agarrándole la cara y haciendo que la mirara fijamente a los ojos -. Ahora mismo te vas a olvidar de todas esas chorradas que estás diciendo y vas a empezar a hablar de otro tema que te venga de repente a la cabeza.
El joven, un poco más calmado, enarcó una ceja, divertido y la miró de arriba abajo. “¿Con que lo primero que se me ocurra, eh?” pensó con picardía (¡qué bicho malo xD!).
-       Estás que te sales hoy – comentó, viendo divertido su reacción -. No ahora en serio, estás muy guapa.

(Dasha iba vestida así, sin las pulseras del maniquí y con un abrigo encima por supuesto, ya que están en invierno)













Dasha sintió que sus mejillas enrojecían violentamente a causa del piropo que le acababa de hacer el chico. En aquel momento, sin que a los dos les diera tiempo de sincerarse en algo más, entraron Georg y Gustav en la habitación, riéndose de alguna broma que habría hecho alguno de los dos. Dasha notó que Eric se ponía tenso al ver a Georg, pero por lo demás, ni siquiera su expresión dio muestras de que se sintiera incómodo. Dasha se preguntó el por qué de esa molestia al vera a Georg. ¿No sería porque estaba celoso?
-       ¡Hola, Prinzessin! – la saludó Georg cuando la vio.
Fue al lado de ella y la saludó con un beso en la mejilla. Ante aquel gesto, el propietario de las empresas Porsche frunció el ceño, confundido, como se le pareciera que un beso en la mejilla era poco para una pareja que llevaba una semana saliendo. Sin embargo Gustav sonrió, ingenuo, contento de ver que sus amigos estaban felices. Entonces, vio que Bill y June estaban cada uno en su cama todavía, dormidos.
-       ¿Estos duermen todavía? – preguntó extrañado.
-       ¿Qué habrán hecho esta noche para que se cansaran tanto? – insinuó Georg con ironía, como si nada -. ¡Au! – se quejó por el manotazo que le pegó Dasha.
-       Sabes perfectamente que no han hecho nada, pervertido – le riñó, sonriendo, y entonces se dio cuenta de que no había visto por ningún lado a la otra pareja -. ¿Y Tom y Mery?
-       Esos sí que han hecho algo – dijo Georg asintiendo, con una sonrisa pícara.
-       ¡Georg! – protestaron los otros tres.
Ante todas esas voces hablando, gritando y riendo, Bill y June fueron despertándose. Lo primero que vieron fue el uno los ojos del otro, reconociéndose inmediatamente y alegrándose para lo que quedaba de día. Se incorporaron en sus respectivas camas, y sin emitir ningún sonido, movieron los labios diciendo: “Buenos días”. Los demás al ver que se habían despertado, también les dieron los buenos días. Bill se levantó de la cama de un saltó y se estiró. June se quedó embobada mirando la tira de piel de la tripa que se le vio a Bill al levantar las manos y vio por primera vez de cerca la sexy estrella que tenía tatuada en la parte derecha de la cadera.
Bill, consciente de cómo le estaba mirando June, se acercó a ella con una sonrisa traviesa y le dio un beso suave en los labios. Inmediatamente después, se escapó de la habitación al baño para darse su ducha matinal y quitarse el pijama para ponerse la ropa.
-       ¡Fresco! – le gritó June y oyó la voz contenta de Bill riéndose de ella - ¡Ya verás!
-       ¡Estoy impaciente! – respondió Bill, a gritos también.
June se mordió la lengua, divertida, tratando de contener la carcajada que se le venía. En aquel momento oyó el sonido del agua de la ducha romper contra las baldosas del suelo del baño. Y empezó a pensar en cosas que no se había planteado hasta entonces.
Empezó a imaginarse la clara piel de Bill desnuda, sin ninguna ropa encima, sólo sus tatuajes y perforaciones. Imaginó el río de agua mojándole el pelo y pegándosele a cara y el cuello. Gotas de agua corriendo por su cuello hasta el pecho plano y sus estrechos hombros. Recorriendo el tatuaje de su nuca, con el símbolo de la banda, la estrella de la cadera y su demanda de libertad del brazo.
Cuando empezó a pensar en las “cosas” que tenía más abajo que las caderas, se sonrojó violentamente y se reprendió a sí misma. “Ya basta” se dijo “no deberías estar pensando en estas cosas en un hospital y con todos tus amigos delante, o casi todos porque Mery y Tom todavía no aparecen”. Ante aquello último sonrió. Pero lo que no esperaba es que Bill empezase a gritar tan de repente.
-       ¡Mierda, Tom! – oyeron todos que se quejaba -. ¡Te voy a matar! ¡Tú y tus calenturas! ¿Quién te manda tener una sesión matutina, eh? ¿Haber? ¿Y si no hubiese estado en la ducha, qué?
-       Tranquilo, liebe – le gritó June entendiendo qué es lo que estaba pasando -. Simplemente abre del todo el chorro de agua fría.
-       ¡Cómo si con eso bastara! – volvió a quejarse el cantante.
-       June – la llamó Eric - ¿a qué se refiere Bill?
-       Tom llevó anoche a Mery a cenar al hotel Ritz y tenía reservada una suite – dijo ella encogiéndose de hombros.
-       ¿Nosotros qué? – preguntó en aquel momento Mery, que tenía una sonrisa enorme en el rostro e iba con sus brazos alrededor de la cintura de Tom y unos de los brazos del chico por encima de sus hombros.
-       Pero si estáis aquí… ¿entonces por qué Bill…? – preguntó June confusa, cambiando su mirada desde la puerta del baño hasta su amiga y futuro cuñado...  

1 comentario:

  1. aran!!!
    dios, que guay...quien es??es algo de erika???, si va a meterse entre las parejitas ahora que están tan felices la mato....en serio...
    me alegroq ue me hayas comentado, no sé porq qué no me dejó comentarte, pero espero que ahora sí :$
    dios, que guay, lod e cuadno estaban dormidos y se estaban mirando y buscandose el uno al otro....
    bueno, debo irme a empollar....sube pronto!! :D
    mucha suerte con tus exámenes :D
    Bss
    mery

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