- … - las dos no podían dejar de mirarles con la boca abierta.
- Decid algo ya, pronto, por favor – rogó Bill asustado.
- Bill, estás… - no terminó.
Bill no tuvo tiempo de reaccionar ni de hacer nada que no fuera sujetar con sus brazos al pequeño cuerpo de June que se había lanzado hacia él y lo estaba abrazando fuertemente. No reaccionó al principio sin darse cuenta de lo que había pasado.
Pero al darse cuenta de que su alma gemela lo estaba abrazando estrechamente y con amor, le devolvió el abrazo y hundió su cara en su sedoso cabello castaño claro.
- ¡Guau! – fue lo único que alcanzó a decir June cuando se separó otra vez de Bill y volvió a mirarlo fijamente -. No sé cómo explicarte lo bien que te ves.
- Con ver tu cara es suficiente – rió él mientras besaba suavemente sus labios, agradecido.
- ¿Y yo, liebe? – le preguntó Tom a Mery -. ¿Cómo estoy?
- Mira – ella alzó sus manos entrelazadas, que estaban forcejeando -. Estoy intentando canalizar mis sentimientos para otra parte.
- ¿Qué sentimientos? – sonrió el guitarrista, mientras se acercaba hacia ella, con una sonrisa seductora.
- Los de lanzarme hacia ti y agarrarte para llevarte a la cama más cercana – admitió ella mientras se sonrojaba.
- Menos mal que uno de los dos sabe controlar sus impulsos – rió Georg, viendo cómo Tom abrazaba a Mery por la cintura y la alzaba en el aire dándole vueltas.
- Tú lo que tienes es envidia – le dijo Tom sacándole el dedo del medio, a espaldas de Mery -, pero no de la sana.
- Chicos, dejad de molestaros y aprovechad el tiempo – los riñó David mirándose el reloj que llevaba en la muñeca -. Sólo tenéis cinco minutos más antes de que nos tengamos que ir.
- ¿En qué programa va a ser la entrevista? – preguntó Eric, con curiosidad.
- En la Cuatro, me han dicho – respondió el manager -. En un programa llamando “El…”
- “…Hormiguero” – terminaron June y sus amigas con sonrisas enormes.
- ¡Me encanta ese programa! – rió Dasha -. Los mejores son Trancas y Barrancas.
- ¿Quíen? – preguntaron los demás, extrañados ante aquellos nombres.
- Ya los conoceréis – rió Derek de sus caras de desconcierto.
- ¿Entonces conocéis el programa? – preguntó Gustav.
- ¿Que si lo conocemos? – preguntó June, atónita -. Es el único programa español, por así decirlo, que trae a famosos de todo el mundo. Ya ha venido gente mundialmente conocida como Miley Cyrus, los Jonas Brothers… y muchos más de ese estilo y otros.
- Conocemos a los Jonas – afirmó Georg -. Son buena gente, pero su música es muy…
- ¡Comercial! – terminaron juntas June, Mery y Dasha.
- No os metáis con ellos, pobrecitos – las riñó Derek -. Al fin y al cabo todo grupo de música requiere mucho esfuerzo para alcanzar la fama, sea cual sea su música.
- Ya está aquí “el Justiciero” – rió June.
- Derek tiene razón – convino David -. Todo en esta vida requiere un esfuerzo. Sin ir más lejos, los chicos que tienes delante de ti tuvieron que pelear muy fuerte para conseguir su sueño y conseguir darse a conocer.
- Fue una suerte que te encontráramos, Dave – rió Tom mientras le daba a su amigo y compañero de trabajo una palmada en la espalda.
Estuvieron poco tiempo más hablando, porque tal y como había afirmado el manager de la banda poco antes, tenían que llegar con tiempo al plató y empezar a organizar las cosas.
Los chicos se despidieron pidiendo que encendieran en ese mismo instante la televisión para que no se perdieran ni siquiera el principio de la entrevista, a pesar de que ellos harían su gloriosa entrada minutos después de que el programa empezara.
No consiguieron hacer que Bill y Tom salieran de la habitación hasta que vieron cómo Eric, cogiendo el mando a distancia que solía estar cerca de la almohada de June, encendió la pequeña pantalla que tenía la paciente en la habitación y ponían el canal en el que unas horas después se televisaría la entrevista de los chicos.
Estuvieron un rato hablando tranquilamente en la habitación hasta que sonó la musiquita del comienzo del programa. June y Mery lanzaron un gritito agudo y se sentaron erguidas delante de la tele, sin apartar los ojos de la pequeña pantalla. Oyeron también cómo gritaban las demás fans desde las gradas de la sala en la que estaban. Sus gritos de emoción cuando por fin vieron un poco más de cerca a sus ídolos, aquellas personas a las que tanto admiraban.
Las dos chicas entendieron cuán grande había sido su suerte al llegar a conocer a los chicos, aunque hubiese sido del modo en el que pasó todo. June también empezó a dar gracias de que el coche de los chicos la atropellara, porque de otro modo, Bill nunca se habría fijado en ella y no sabría ni que existía.
Entonces, justo cuando habían pasado un minuto y veintinueve segundos, vieron que los chicos salían tras una especie de puerta hecha de tiras de plástico. Bill en cabeza con su majestuosa nueva cresta, al lado de Tom, más hot que nunca con sus trenzas. Se sentaron en orden: Gustav, Georg, Pablo Motos (el presentador), Bill y Tom. Estuvieron unos segundos sentados mientras las fans dejaban de gritar.
June se puso un poco celosa cuando la primera pregunta fue para Bill y este contestó que las fans de allí eran geniales. Lo quería para ella sola y no quería que nadie más pudiera mirar al cantante de la forma en que ella lo hacía. Sabía que era un comportamiento irracional e inmaduro, pero qué otra cosa se podía esperar de una chica enamorada de una estrella de música. Pero se le fueron todos los malos pensamientos cuando, el presentador habló de su nuevo disco a la venta, una especia de marciano verde salía detrás de ellos y andaba con un pingüino acelerado. Ninguno de ellos pudo contener las carcajadas, sobre todo cuando vieron las caras que pusieron los cuatro chicos.
Y entonces hizo alusión a los nuevos peinados de Bill y Tom. “Si tú supieras” pensaron tanto los que estaban en el hospital como ellos mismos. Rieron de las preguntas y comentarios que les hacía el presentador y de las respuestas que daban ellos.
- … yo intento imitar el alemán como tú – estaba diciendo en ese momento Pablo -, y tú intentas imitar el español, sin saber.
- O.K. – respondió Bill.
- Voy a oírle hablar en español a mi niño – rió June, emocionada.
- Espera a ver qué es lo que va a llamar español – rió Eric.
Entonces, el presentador imitó un supuesto alemán que dejó alucinando a Bill y los chicos. Tanto, que cuando Pablo le pidió que lo hiciera él con el español, el cantante le pidió que lo hiciera otra vez. Lo que la dejó alucinada fue cuando de repente, Bill soltó en un español chapapurreante:
- Te quiego puta.
- ¿Cómo ha dicho? – preguntó June, con los ojos abiertos de forma desmesurada mientras los demás se caían al suelo o se tenían que apoyar en algún sitio para no caerse de lo mucho que se estaban riendo.
- Soltó te quiero puta y lo único que le dice el presentador es que es un poema muy famoso – reía Mery.
- Mierda, mierda – dijo en ese momento Tom, haciendo que la que esta vez se quedara extrañada fuera Mery y los demás reían.
- ¿Pero qué les habéis enseñado a estos chicos? – rió Derek sin poderse contener, tirado en el sofá y agarrándose las costillas de la gracia que le hacía todo.
- ¡Y es que encima lo repite cuatro o cinco veces! – rió Dasha, y en ese momento le escucharon decir a Gustav lo mismo.
- ¿Pero qué es esto? – se exasperó June -. Cuando vuelvan me voy a poner a enseñarle a hablar en un español que no diga tantas groserías.
- Sí – rió su primo -, no sea que Bill te diga a ti lo que dijo en la televisión.
Y así transcurrió toda la entrevista, entre bromas de los chicos y el presentador. Todo iba normal hasta que les pidieron que hablaran de su razón por la que llevaban tanto tiempo en Madrid, sin dar signos de vida, y habiendo cancelado el resto de conciertos que tenían durante un tiempo. (N.A = Esta parte me la he inventado yo, no sale de verdad en la entrevista).
- Lo dicho chicos – preguntó Pablo -. ¿Qué habéis estado haciendo aquí, sin que nadie os haya descubierto excepto la vez que fuisteis a la Plaza del Sol?
Los chicos se quedaron un rato escuchando lo que la traductora les decía por el pinganillo y cuando acabaron de oír la pregunta, Bill y Tom se miraron, preocupados. Miraron hacia fuera del plató desde donde les observaba David atentamente. Éste les respondió algo mediante gestos, por lo que parecía que antes de la entrevista ya habían hablado y comentado algo sobre el tema. Todas las espectadoras callaron y un silencia recorrió toda la sala de rodaje, a la espera de la respuesta de sus ídolos. Las chicas también contuvieron la respiración mientras esperaban la respuesta de los chicos.
- Nosotros… - dijo Bill...
aran!!!!
ResponderEliminarque buen capitulo...me creeerías si te dijjiera que muchas veces he pensado cosas así???
has estado alguna vez en Madris??es que como esta historia está ambientada allí, pues, supiongo que habrás estadoa lguna vez....me alegro mucho de que te vayas a parís, pásatelo genial....y cuando regreses no te olvide de subir fotos y cosillas :D
ojalá yo también fuera...ah!, y muchas gracias por publicar mi blog ahí arriba, en la siguiente entrada, no me lo esperaba...en cuanto termine de comentarte miraré el otro blog publicado :D
cuidate!!-espero qeu ya estés mejor de tu esgüince-, y pásatelo genial!! n_n
Mery!! tqm!!!