Capítulo 10

Aquí, Bill se separó por completo y se instaló en la esquina más alejada de la habitación que hubiese. No sabía si ponerse contento o sentirse engañado. Pero cuando vio la cara de pesar que dominaba la cara preciosa de June, no pudo evitar sentirse halagado y se acercó otra vez a ella y la abrazó fuertemente.

-       Menos mal – sonrió acariciándole el pelo -. Ya me había entrado el medio de tener que seducirte para que salieras conmigo en vez de ese panoli.

-       Créeme – comentó ella -, se cuidar de mi misma. No dejaría que un imbécil así fuera mi novio.

-       No sabes cuánto me alegra oír eso – sonrió Bill mientras la volvía a besar suavemente, agarrando su cara entre las dos manos.

Aquel beso no fue como el primero. Ahora ya seguro de sí mismo y sin sentir que tuviese ningún obstáculo, Bill besó a June con ardor. La chica le rodeó el cuello con los brazos y el cantante pegó su cuerpo plano y duro al blanco y curvado de ella. Cuando la cosa parecía que subía de nivel, pues el corazón de June empezó a latir a mil por hora y la respiración de Bill se había acelerado, un carraspeo que se oyó desde la puerta los hizo bajar de la nube en la que estaban y volviesen a la realidad.

En la puerta se encontraba un chico alto, rubio y de ojos verdes. Tenía un cuerpo bien formado y la piel muy morena. Era guapísimo y una sonrisa irónica y ladeada disimulaba la furia con la que refulgían sus ojos. June no notó nada, porque enseguida una enorme sonrisa apareció en su cara, y sin darle ninguna explicación a Bill, se soltó de sus brazos y corrió a abrazar al chico desconocido.

-       ¡Derek! – gritó mientras saltaba al círculo de sus brazos -. ¡Hola!

-       ¡Ey, hola Nené! – la sostuvo en el aire dándole vueltas -. ¿Qué tal estás?

Bill vio cómo los dos se ponía al día el uno al otro, olvidando y fingiendo que no estaba allí. Notó que empezaba a ponerse furioso sin sentido y sintió unos enormes deseos de arrancar a June de los brazos de aquel tal Derek y pegarle una buena tunda a aquel chico. Porque nada más llegar había conseguido con su presencia hacer que la joven se olvidara de lo que acababan de hablar.

En aquel momento, June se giró y vio la cara de asesino que tenía Bill. En parte se sintió asustada por lo que podía llegar a hacer si se enfadaba mucho, y por otra parte halagada, porque le hacía sentir que era importante para él. No quiso que las cosas se pusieran más tensas, así que decidió soltarse de los brazos de Derek y volver a donde estaba su cantante favorito, sólo esperándola a ella.

-       Derek – llamó a su amigo -, él es Bill. Es el cantante del famoso grupo de música Tokio Hotel, ya sabes. Bill, él es Derek, mi mejor amigo desde que tengo tres años.

-       Encantado Bill – sonrió Derek mientras le alargaba la mano -. No sabes la de veces que me ha hablado de ti mi pequeña Nené.

-       Igualmente – respondió el otro chico apretándole la mano. Se sintió un poco aliviado sin saber por qué y se volvió hacia June con la ceja arqueada -. ¿Y qué es eso de que le has hablado mucho de mí? Me acabas de conocer hoy...