Éstos son los personajes más importantes

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Capítulo 2


-       Bill – llamó Tom a su hermano -. Ya pensarás qué ponerte en el backstage, ahora tenemos que irnos.
-       Tú cállate, pelo fregona – le contestó Bill.
-       ¡Habló aquí el mamarracho! – exclamó el otro.
-       ¡Gilipollas!
-       ¡Maricón!
Los gemelos Kaulitz, del grupo musical Tokio Hotel, estaban otra vez peleándose. Georg y Gustav, el bajista y el batería respectivamente, se ponían los ojos en blanco el uno al otro, exasperados. Cada vez que tenían prisa por hacer algo, se retrasaba alguno de los dos y el otro iba a llamarle, y pincharle y molestarle de paso. Siempre terminaban discutiendo y llamándose de todo.
-       Chicos – gritó Georg -, os estamos esperando.
-       Es culpa de Bill – dijo Tom, mientras hacía acto de comparecencia donde los esperaban los demás -. No sale del baño.
-       ¡Y la tuya por meterme prisa y tocarme la moral! – respondió su gemelo, que entró en la sala detrás de su hermano.
Saki, el guardaespaldas jefe de la banda, entró en la sala y al verlos a todos allí empezó a gritarles que movieran el culo y salieran para el coche, en el cual David, su productor, les esperaba.
Cuando por fin salieron, los guardaespaldas les cubrieron hasta que entraron en el lujoso Porsche negro  que había sido regalo de un concierto. En un principio Bill y Tom iban dándose la espalda, y mirándose de reojo de vez en cuando. En una, los dos se dieron la vuelta a la vez y se quedaron mirándose a los ojos fijamente con el ceño fruncido. Ya no aguantaron más y soltaron una carcajada. Entre chistes y bromas se dirigieron hacia la Plaza del Sol, donde iban a dar un concierto, subidos a un gran escenario que tenía todo tipo de efectos especiales.
Lo que ninguno de los cuatro y el conductor esperaban, era que aquellos dos niños, que aparecieron de repente de la nada, se pararan en mitad de la carretera. Oyeron un grito general y unos chillidos estridentes de chica que sonaron más cerca.
A pesar de que había sonado distorsionada, la voz de aquella chica atrajo la atención de Bill y se acercó a la ventanilla para ver quién había sido, y vio una chica lanzarse detrás de los niños. Llevaba un abrigo negro y largo, que acariciaba sus curvas y dejaban entrever unas piernas largas y esbeltas enfundadas en unos vaqueros oscuros. El viento se llevó el mono gorrito que llevaba y dejó que viera su cara. Le asombró ver lo guapa que era y el terror que reflejaban sus ojos claros.
-       ¡Frena, atontado! – le gritó a conductor.
Lo último que pensó antes de que colisionaran contra la chica al frenar de repente, fue que era una pena que alguien tan hermoso se tuviera que hacer daño por culpa suya...

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