Capítulo 19

Llevaba enamorada de Eric desde que lo había conocido, en el catorce cumpleaños de su amiga. Él ya lo sabía, pero siempre la había evitado con la excusa de que era mucho mayor que ella, cuando no le llevaba más de cuatro años. La verdad era que a Eric también le gustaba mucho Dasha, pero como era constantemente acosado por periodistas y tenía que pasar mucho tiempo trabajando, pensaba que Dasha ya encontraría un hombre mejor para ella de lo que era él.

En un momento dado, atrapó la mirada de la joven y se quedaron mirando fijamente el uno al otro. June los vio y sonrió para sí misma. Hacía mucho que había descubierto cómo estaban las cosas entre su primo y Dasha, y la verdad es que le daba pena verlos sufrir tanto. Por ahora, Eric parecía llevarlo un poco mejor, pero ¿y cuando Dasha tuviese otro novio que no fuera él? June estaba segura de que entonces se daría cuenta Eric de que Dasha no sólo le gustaba mucho, sino que también estaba enamorado.

-       Y entonces primita – dijo entonces Eric intentado desviar su atención de Dasha -, me tienes que contar qué es lo que pasó exactamente, y por qué te metieron en un hospital.

-       Te lo hemos contado – dijo Dasha enojada.

-       Sí, pero no me habéis dado detalles – respondió él cortante.

Dasha lo miró congelada y herida, por el tono que había usado al hablarla. Cuando las había recogido a ella y a Mery esa mañana estaba mucho más cordial. Pero entonces se dio cuenta de que posiblemente había sido porque no tenía más remedio que comportarse así delante de Mery. Se apartó un poco del lado de June y se abrazó la cintura.

-       Oye, ¿alguno de vosotros sabe dónde hay un baño? – dijo hablándole al aire, intentando fingir que estaba alegre -. Lo cierto es que nos “han recogido” nada más llegar un viaje en avión y no he tenido tiempo de…

-       Sí, claro. Utiliza el de aquí – dijo Bill señalando el baño que había en la parte de atrás de la habitación.

-       No, creo que… - respondió Dasha sin saber qué decir.

-       Dasha prefiere otro porque tiene que estirar las piernas y andar un poco ¿verdad dulce? – intervino Mery salvando a su amiga.

-       ¡Sí! ¡Justo!

-       Tranquila, hay uno al final de este pasillo – le indicó Georg -, espera. Ven conmigo, que te llevo...