Capítulo 37

-       ¡Oh, Eric! – suspiró June, dándose cuenta de la verdadera grandeza de sus sentimientos por Dasha -. Eres un tonto, ve y conquístala.

-       No puedo, June – su prima se preocupó más. Sólo la llamaba June cuando estaba muy mal, porque siempre la llamaba Nené -. A ella ahora le gusta Georg, y tengo que dejar que sea feliz.

June y Mery cruzaron una mirada, sin saber si contarle la verdad o no. Decidieron no decirle nada, porque ahora estaba muy triste, pero podía pasarse a estar muy enfadado porque lo engañaran en cuestión de segundos.

-       Yo que tú intentaría ser más cordial con ella de ahora en adelante y… ¿quién sabe? – sonrió Mery, en tono misterioso -. Tal vez vuelva a interesarse en ti.

-       Pero yo no quiero que se interese en mí – protestó Eric -. Soy mayor para ella, y no quiero que la prensa viva de meterse con ella, porque está conmigo y la están observando todo el rato, esperando que haga algo mal.

-       Yo voy a correr ese riesgo con Tom – le contó Mery -, y ciertamente él es más famoso que tú. Y la verdad, por amor, no me importa arriesgarme.

-       ¿A ti quién te ha dicho que te vayas a arriesgar? – le preguntó Tom, agarrándole de la cintura y acercando su boca a los deliciosos labios de ella -. Pondré a cuatro guardaespaldas siguiéndote si hace falta – y la besó.

-       Ich liebe dich (te quiero), Tommy – sonrió ella, abrazándolo.

-       Ich am meisten (yo más) – respondió él, apretándola contra su cuerpo.

-       Créetelo Mery – dijo Gustav, serio -. Es la primera vez que le oigo a Tom decir que quiere a una chica, y que se comporte tan tierno con ellas sin estar en la cama.

-       Demasiados detalles, Gussie – se quejó Mery -. Y Eric, en serio, inténtalo. Nada se pierde por intentarlo, al revés, a veces se gana.

-       Gracias Mery – sonrió el chico -, y a ti June, no sé qué haría sin mis hermanitas.

-       Pero como vuelvas a llamar a Dasha “hermana” – lo amenazó June -, sí que no vas a conseguir nada.

-       Yo, Eric Danfort, juro solemnemente que no volveré a tratar a Dasha como a una hermana y conseguiré que vuelva a fijarse en mí – dijo levantando una mano y hablando con tal parsimonia que hizo que todos rieran.

-       ¡Por favor, Eric! – protestó Derek, riéndose -. Aunque seas el más mayor, no te portes como un viejo, que solo tienes cuatro años más que las chicas, como máximo.

-       Lo que tienes es envidia de que todavía puedo decirte y mandarte cosas por tu bien y tú a mí no – rió Eric, más animado de lo que había estado los últimos días.

En ese momento, June y Bill se quedaron muy callados, perdidos el uno en los ojos del otro, como si no hubiese nadie más en la habitación. Al notar que Bill dejaba de hablar, Tom y Gustav se volvieron hacia ellos y los vieron ensimismados. Cruzaron una mirada divertida y empezaron a silbar, haciendo que Bill y June despertaran y se sonrojaran al ver a todos  los demás mirarles con curiosidad.

-       Bueno Bill – pidió Tom -, ¿cuándo le vas a confesar a June que te estás enamorando de ella?

-       Pues… - Bill miró nervioso a June, y al revés...