Erika miraba con envidia a Mery y June. En parte porque veía con la ternura que les miraban Tom y Bill, y en parte por el cariño que les tenían los niños. Ella llevaba una semana trabajando con ellos y no había conseguido que le hicieran el más mínimo detalle mostrando que aunque sea la apreciaban un poco. A Dasha también la miraba mal, pero a ella porque también estaba encariñada con los niños, ya que ella no tenía a nadie que la mirara tiernamente.
Y entonces se le ocurrió una idea. Una idea muy mala. Quería hacer que sufrieran las dos, Mery y June. Una parte por quitarle las esperanzas de conocer algún día a Bill y Tom Kaulitz y poder llegar a tener algo con uno de ellos, y por otro lado por conseguir que las quisieran tan fácilmente cuando a ella tanto le conseguía que la gente confiara en ella. Y para eso iba a utilizar a Dasha.
Una sonrisa malévola curvó sus labios, pero la disimuló y fingió seguir hablando con Derek, que andaba un poco distraído, pendiente de que no hubiese sobresaltos que pudieran hacer daño a June. Erika decidió que por el momento no haría nada, pero que ya podían prepararse porque conseguiría que sus vidas cambiaran por completo, para mal (¡qué zorra es!).
June y Bill estaban hablando y bromeando con Danniel, que le estaba contando a Bill anécdotas sobre el cole y un campamento de verano que organiza el centro.
- Está genial – decía emocionado -. Nos vamos durante diez días y hacemos juegos, acampada, fogatas… pero lo peor es el baile de la última noche.
- ¿Por qué? – le preguntó Bill, curioso.
- Porque se celebra el “Baile de la Despedida”. Entonces tienes que invitar a una chica para que cene ese día contigo y bailar el primer tema y los lentos – se quejó el chico.
- ¿Y qué tiene eso de malo? – rió June.
- ¡Pues que ya hay diez chicas de mi clase que me han pedido que vaya con ellas al baile y no sé a quién decirle que sí! – exclamó el chico, frustrado.
- Mi hombrecito es todo un don Juan – rió June, despeinándole el pelo -. Pero aparte, ¿qué hacéis hablando de eso tan pronto? El campamento es en verano y acabamos de empezar las vacaciones de Navidad.
- ¡Eso mismo dijo yo! – gimió el pobre, desesperado.
- Si yo hubiese estudiado en la clase de June, sabría sin dudar a quién decirle que sí – comentó Bill, intentando que sonara un poco de pasada, pero hizo que June se sonrojara.
- Recuerda Bill – lo amenazó Danniel sonriendo -, que June tiene que casarse conmigo.
- ¡Oye! Tú cambias un poco rápido de opinión ¿no, cariño? – se burló June -. Ayer mismo decías que eso era cosa de niños.
- Sólo avisaba a Bill, Nené, de que si te hace daño, lo pagará – dijo con cara de perrito apaleado.
- No me vas a chantajear con esa cara – aseguró June -. ¡Pero qué digo! Nunca consigo enfadarme contigo y ponerme seria, eres demasiado…
- ¿Guapo? ¿Simpático? ¿Listo? ¿Entretenido? – le ofreció mientras fingía quitarse el polvo de la chaqueta (es símbolo de superioridad y chulería, por si no lo sabíais).
- Demasiado Tom – rieron June y Bill después de quedarse mirando a los ojos.
- ¿Yo qué? – preguntó Tom, que tenía a Tanya subida a los hombros.
- ¡Que eres un egocéntrico! – rieron otra vez.
- ¿Qué egocéntrico? ¿Cómo que egocéntrico? Yo soy guapo, viril, sexy, inteligente, simpático, y además toco la guitarra que te mueres.
- Sí, guapo, sí – aceptó Mery -, pero que no se te olvide lo más importante.
- ¿Qué, preciosa? – preguntó Tom con curiosidad.
Mery se acercó sensual a la boca de Tom, dejándola a unos centímetros y con las manos le rodeó la cintura. Le acarició la espalda, en parte también por debajo de la camiseta. Los niños no se enteraban de lo que pasaba, pero los demás reían de lo apurado que estaba Tom. Empezó a sudar y a succionar su piercing con nerviosismo.
- Sumiso – dijo en su oído de forma sensual, a modo de que todos lo oyeran, pasando suavemente su mano por el frente de su pantalón.
Tom dio un respingo, acalorado, y los demás no pudieron parar de reírse de la cara que tenía el pobre (Erika reía falsamente). Susanna intentaba mantenerse seria, porque tanto Danniel como Tanya preguntaban por qué reían tanto.
- No es nada chicos, cuando seáis mayores lo entenderéis – explicó la mujer -. Pero por ahora, Mery, Tom – dijo dirigiéndose a ellos -, por favor, aguantaros las calenturas para cuando estéis solos o delante de gente que sea mayor de edad.
- Yo soy inocente Susanna – pidió clemencia Tom, ya más calmado -. Culpa a Mery, me provoca.
- Pues te enciendes muy fácil, amor – dijo sonrojándose al llamar así a Tom.
- O.O – todos menos los niños.
Todos se quedaron extrañados, pero Tom aparte muy contento. Se acercó a Mery y la besó con pasión. Con cuidado, porque todavía tenía a Tanya encima. Bill y June no pudieron evitar mirarse el uno al otro, pero luego apartaron la mirada, tímidos. Aún así, la mano del cantante buscó la de la paciente y la agarró con fuerza y ternura. Se volvieron a mirar a los ojos, con secretas promesas escritos en ellos, sonriéndose amorosamente.
No se habían dado cuenta, pero había oscurecido hace tiempo y ya era tarde. Tuvieron que irse Susanna, Erika y los niños, que no dejaban de prometer que al día siguiente volverían a visitarla.
Dasha y Mery se quedaron un poco más. Pero luego tuvieron que irse a su casa también. Ellas vivían con June, ya que sus padres vivían fuera de la ciudad y necesitaban un sitio donde vivir. Como la casa de June era grande, y llevaban siendo amigas desde pequeñas, se habían quedado a vivir con ella después del accidente de sus padres, en parte para ayudarla moralmente, y en parte para poder quedar más cerca de la universidad.
Las acompañaron Gustav, Georg y Tom en coche para asegurarse de que llegaban bien a casa sin que nada les pasara, por lo que se quedaron solos Derek, Bill y June.
- Bueno – dijo entonces Derek -, ¿entonces ya sois…?
- ¡No! – exclamaron los dos, sonrojados.
- Pues no sé a qué esperáis – comentó Derek con una amplia sonrisa mientras cogía su chamarra (abrigo) y se preparaba para irse -. Todo el mundo se ha dado cuenta de cómo os miráis, incluso Dan. Espabilad chicos, estáis hechos el uno para el otro. Esas oportunidades no se pueden desperdiciar.
Y dicho esto dio media vuelta y se fue. Desde el pasillo, les saludó por última vez con la mano y se alejó andando, de forma desgarbada y tranquila, pero con pasos seguros y firmes. Bill y June se miraron entre ellos, y por primera vez fueron completamente consciente de que se habían quedado solos...
ay ay ay ay ay ya ya ya
ResponderEliminarno puedo, no quiero dejar de leer!!en serio, no puedo!
porqué lo has cortado ahí!, no!!
joo, sube mañana, por favor!!
en serio, me encanta esto...no me vuelvas a dejar así!!
cuidate!!!
ah!
y los vídeos son muy graciosos, yo ya los había visto...
menos mal que vas por el 37!!, quiero que sigas!!:D
intentaré lod e las visitas recientes, gracias n_n
mejórate, vale??
gracias, mañana subo fijo.
ResponderEliminarlos videos son geniales, definitivamente estoy enamorada de bill, es tan tierno y gracioso, aunque tom tampoco esta nada mal ;)
y voy por el 39, no por el 37 (mejor xD)
gracias, mejorare, poco a poco, pero que le vamos a hacer
Bss