Capítulo 30

-       Pero yo no te he mentido en ningún momento – se quejó Tom.

-       ¿Qué no qué? – chilló, furiosa -. ¿Te suena a algo que te diga: no las beso nunca, me gustas mucho, me sentí humillado cuando lo descubrí…?

-       Te has enterado del beso de la fan – murmuró Tom, pálido y asustado -. No Mery, no. Ha sido un malentendido, yo no…

-       ¡Y una mierda, malentendidos! – Mery estaba fuera de sí -. Lo vi todo claramente. Menos mal que llevábamos dos horas con algo serio y que no eran dos meses – entonces rompió a llorar.

-       ¡Mery! Por favor, escúchalo, está diciendo la verdad – pidió Bill mientras abrazaba a la chica para tranquilizarla -. Se le echó encima como un pulpo. Yo soy testigo porque se la quité de encima… ¿verdad chicos?

Los demás asintieron, preocupados y acongojados por cómo estaba Mery. June, Dasha, Derek y Eric sabían lo mucho que le costaba confiar en la gente a la joven y entendían perfectamente su reacción, pero los chicos de la banda la miraban con aprehensión. En aquel momento, Gustav apartó a Bill y la abrazó él.

Le estuvo acariciando la espalda y el pelo hasta que dejó de llorar e hipar. Entonces se separó de ellas, y le acarició la mejilla con una mano.

-       ¿Confías en que yo te voy a decir la verdad, Mery? – le preguntó.

-       Claro Gussie – dijo ella, intentando sonreír -. Me parece que eres el único de los seis que hay aquí en el que verdaderamente se puede confiar, bueno, igual Bill también.

-       Gracias – sonrió Bill con arrogancia -. ¡Au! – soltó frotándose el brazo por el codazo amistoso que le dio June.

-       Pues entonces créeme cuando te digo que Tom no te ha hecho eso queriendo – dijo Gustav con seriedad -. Simplemente nos vieron de repente, y esa chica se debió escurrir entre las cámaras como una anguila y se tiró a por Tom. Y es verdad que Bill la arrancó de encima suyo.

-       ¿Seguro? – preguntó Mery, dubitativa, mirando a Tom con culpabilidad.

-       Seguro – asintieron todos.

-       Lo siento Tom – se excusó ella, sin intentar acercarse hacia él, avergonzada por el papelón que acababa de montar -. Me dejé llevar, y es por culpa de que me cuesta mucho confiar en la gente.

Tom se acercó a ella y la abrazó fuertemente contra su pecho, sintiendo todas las curvas de su cuerpo contra el suyo.

-       ¿Sabes? Me gusta que te pongas celosa – rió contra su pelo -. Eso demuestra que te importo de verdad.

-       Como vuelva a ver que una fan te besa, aunque sea sin tu permiso – lo amenazó Mery -, te juro que te pongo celo en la boca para cuando vayas a salir a pasear.

Los demás rieron mientras Tom le daba un suave beso en los labios, aliviados de que todo hubiese acabado bien y no hubiese más rencores entre sus amigos...