Éstos son los personajes más importantes

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Capítulo 41


-       Ejem, Dasha – la llamó, con la cabeza agachada.
-       ¿Sí? – respondió ella, un poco tensa, esperando más reproches.
-       Yo… sólo quería pedirte perdón – aquello dejó descolocada a la chica -, y desearte suerte con Geo, es un buen chico.
-       Bueno… gracias Eric – dijo al otra, anonadada, pero feliz de que por una vez Eric la hubiese tratado con cordialidad.
-       Te deseo lo mejor, te lo mereces – añadió levantado la cabeza y sonriendo de forma tierna.
Aquella sonrisa era la que robaba el corazón de Dasha, la que había hecho que se enamorara de él. En aquel momento, habría sido capaz de echar a perder toda la farsa para tirarse a los brazos de Eric y decirle que le quería con locura y que dejase de hacerse el protector con ella.
Pero no lo hizo, en vez de eso, se irguió y le devolvió su sonrisa con una propia. Una que hizo que sus ojos brillaran y el corazón de Eric se encogiera. “Decidido, voy a intentar ganármela de nuevo” se prometió para sí mismo “Ella sí merece la pena”.
June miraba contenta la cara decidida que tenía Eric, adivinando cuales eran sus secretos pensamientos. Miró a su alrededor y se fijó en que todos tenían expresiones, más o menos felices en sus caras. Se sentía pletórica sabiendo que sus amigos nuevos y amigos de toda la vida se llevaban bien y estaban contentos y relajados.
Veía a Derek bromear con Gustav, y que se daban golpes amistosos en la espalda y los brazos. Parecían muy entretenidos con el tema del que estaban hablando. Se giró y vio a Eric hablando con Georg y Dasha, a la que rodeaba con un brazo de forma amistosa. Veía la cara de empeño que tenía Eric y la ilusión y cariño que dominaban las facciones de los otros dos, el uno por haber encontrado una amiga en la que sabía que podía confiar ciegamente, y la otra porque veía que el amor de su vida por fin ponía algo de empeño en acercarse a ella.
Se giró también hacia Mery y Tom, que estaban abrazados, bromeando. Tom cogió en ese instante el móvil de Mery y se puso a mirar las fotos que había. Todas las que encontró eran de ella, Dasha y June en poses “in fraganti”.
-       ¡Aquí estás hermosa, liebe! – rió Tom cuando vio foto de Mery en bañador, tomando el sol, tapándose el sol que le daba en la cara con una mano y los ojos achinados por culpa de la luz. Era una foto que le tomó June un día que habían ido a la piscina el verano anterior -. Y sexy.
-       Devuélveme el móvil, Tom – dijo mientras éste lo agarraba en alto y con una mano apartaba a Mery, que daba saltos intentando alcanzar el teléfono.
-       Pero schön, no es justo que me prives de una fase de tu vida tan importante – reía el chico -. La fase veraniega, el “OPERACIÓN BIKINI”. Además no sé por qué te quieres esconder. Estás genial a pesar de parecer que acabas de despertar.
-       Es que acababa de despertar, idiota – medio gritó, enojada en broma, tratando de alcanzar su móvil todavía.
-       Mira que color de piel tan bonito – decía Tom -, ¡y qué textura! Casi puedo tocar tu suave piel desde aquí. ¿Y ese par de…?
-       ¡Tom! – gritó, intentando evitar a toda costa que terminara aquella frase.
-       Se nota que están felices – le comentó Bill a June, mientras se sentaba al lado suyo, le rodeaba los hombros con un brazo y le daba un suave beso.
Y por fin miró a Bill. Lo miró de verdad. Fijándose en todos los detalles de su cara. Las oscuras cejas siempre arqueadas con ese matiz tan sexy y el piercing en la izquierda. Los ojos color castaño claro que absorbían toda su alma como si fuera una aspiradora, que la miraban con intensidad, hacía que le resultara difícil respirar y se sintiera la chica más guapa del planeta. La recta nariz clásica y altiva. La curva de sus labios carnosos hechos para que una chica tuviera fantasías con ellos. El pequeño lunar que tenía debajo del labio. La palidez de su piel. Los mechones de pelo que le cubrían parcialmente la cara. Los rectos y brillantes diente blancos que formaban una sonrisa perfecta que hacía que su corazón o parara de golpe o se acelerara. Los delicados huesos de su mandíbula…
Todos esos pequeños detalles que habían ido conquistando poco a poco a June se le tiraron encima de repente, haciendo que se abrumara por la magnitud de su amor hacia Bill. “Sí” pensó, “definitivamente estamos felices”.
Pero de repente le recorrió un escalofrío por la espalda y miró hacia afuera de la habitación. Su mirada se cruzó durante tres segundos con unos profundos ojos verdes que la miraban con absoluta frialdad y maldad, pero que desaparecieron drásticamente al sentirse observados...

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