Capítulo 28

“… El cielo está en tu sonreír,

tu corazón late dentro de mí.

De pronto merece la pena vivir,

en tu mirada lo vi…”

Las tres coreaban la canción de la película que estaban viendo en ese momento, cuando por fin los protagonistas Garreth y Keily se declaraban. “La Espada Mágica, en busca de Camelot”. A pesar de que era una película para niños y llevaban viéndola desde que tenían como diez años, les encantaba ver la peli y casualidad aquel día la echaban en la tele.

-       Me recuerda un poco a ti y a Tom – dijo June con nostalgia -. En cómo se te ha “declarado” y al mirar tus ojos ha sabido decir que eres su chica. La especial.

-       Y estoy muy conten… - empezó a responder ella, pero un repentino cambio de la peli les llamó la atención.

Pararon  la  peli y apareció un periodista gritando con entretenimiento, que cortaban la peli por una especial noticia del momento que estaba pasando en la Puerta del Sol de Madrid.

Las chicas se miraron intrigadas y miraron ávidamente la televisión, con ganas de enterarse de ese boom que había hecho que cortasen el orden programado que tenía la cadena. Y apareció una guapa periodista diciendo emocionada:

-       Acabamos de ver aparecer en la Puerta del Sol de Madrid a los integrantes de la banda Tokio Hotel, acompañados nada más y nada menos que por el famosísimo surfista Derek Merino y el joven, pero no por ello menos poderoso, propietario de muchas empresas Porsche de Europa, Eric Danfort. Desde la Puerta del Sol os habla Mónica García.

Las chicas se miraron preocupadas, y se acercaron más a la pantalla de la tele, ansiosas y preocupadas por sus amigos. Vieron cómo los acosaban con preguntas. Cuando de repente vieron que Tom estaba besando a una chica. Mery se quedó congelada y June y Dasha miraron asustadas y apenadas a su amiga. Se había llevado una mano a la boca y la otra la tenía sobre el estómago, como si le hubiesen pegado un puñetazo ahí y sintiera dolor.

Pero en seguida se recobró y adoptó una pose erguida y orgullosa, para disimular el dolor que sentía por dentro y sus amigas no se dieran cuenta para no preocuparlas.

-       Sabía que no podía  confiar en él – dijo lentamente mientras cogía el mando y empezaba a zapear, para ver si había alguna otra peli.

-       Mira Mery, capaz que no es lo que parece y… - intentó consolarla Dasha.

-       Sé perfectamente qué parece y qué es – respondió ella, cortante -. Además él mismo me dijo esta mañana que nunca las besaba, y a no ser que la chica se estuviera muriendo y Tom le estuvieran haciendo el boca boca, yo a eso lo llamo besar.

-       Pero dulce, las apariencias engañan – añadió June.

-       Eso mismo – dijo ella -. Parecía un corderito esta mañana, pero en realidad era un lobo escondido bajo la piel de uno.

-       Mery yo… - suspiró June.

-       Tranquilas – sonrió Mery, alegre -. No os preocupéis, que solo llevábamos dos horas con algo serio, hubiese sido peor que no me hubiera enterado y me lo hubiera hecho otra vez a los dos meses. Además, nosotras estábamos tan felices viendo una peli, sigamos.

Ninguna de las dos se atrevió a decir nada más y hicieron caso a Mery y siguieron viendo la tele. Vieron que en otra cadena empezaba “Marvel” y la dejaron. En la parte en la que los matones del ricachón mataban a toda la familia del protagonista, a Mery se le escaparon dos lágrimas, lo cual extrañó y preocupó mucho a sus amigas. Mery nunca lloraba en las pelis. Nunca...