Capítulo 35

Para cuando June se despertó al día siguiente, ya estaban allí todos, hablando tranquilamente entre ellos. Bill se dio cuenta de que se había despertado, y sin que nadie se diera cuenta, se acercó a ella y le dio los buenos días con un suave beso.

-       Buenos días, princesa – le sonrió.

-       Buenos días, liebe (amor, cariño) – respondió ella.

-       ¡Sabes alemán! – sonrió él.

-       Ein wenig (un poco) – respondió ella.

-       ¿Estoy escuchando alemán? – preguntó Tom de repente, interesado, agudizando el oído.

-       Möglicherweise (posiblemente) – respondió Mery.

-       ¿Tú también? – preguntó Tom, volviéndose hacia su novia.

-       Ja (sí), desde que June es fan vuestra, empezó a estudiar el alemán – explicó Dasha -. Y como aprender un idioma siempre es útil, nosotras también lo estudiamos un poco.

-       Entonces, cariño – sonrió Tom girándose hacia Mery -, ich liebe dich (te quiero).

-       Ich weiß (lo sé) – respondió ella dándole un beso en la mejilla -, ich habe auch (yo también).

-       Me alegro de que las cosas estén bien entre vosotros – sonrió June, apoyada en el respaldo de la cama.

-       Sí, lo mismo digo – asintió Bill -. Por fin veo a mi hermanito feliz, y no digo saciado, ¿eh? – comentó como si nada, pero haciendo que los demás rieran.

En ese momento, los siete vieron que Eric venía con Derek, atravesando tranquila, pero seguramente el pasillo que los llevaba a la habitación de June. En aquel momento, Georg cruzó una mirada con Dasha, y ésta le asintió con la cabeza. June y Mery no se perdieron ninguno de sus movimientos, y gracias a lo que les había contado su amiga el día anterior (N.A = ¿Se acuerdan del capi 25?), se imaginaban lo que podía pasar en aquel momento. Pero eso no significaba que los chicos estuviesen preparados para ver cómo de repente Georg tomaba a Dasha de la mano y la levantaba de donde estaba sentada y la abrazaba fuertemente.

-       Mira Dasha, ayer me causaste mucha impresión, ya te lo dije – sonrió al separarse -. Por eso me preguntaba si me darías una oportunidad y serías novia – justo en el momento en el que decía ‘‘novia” entraron Eric y Derek en la habitación.

-       ¿Novia quién y de quién? – preguntó Derek, extrañado.

-       Dasha, y mía – respondió Georg abrazándole la cintura a la chica y pegándola a su costada -. ¿Qué me dices?

-       Yo… - la chica, a pesar de saber que era una farsa, estaba roja como un tomate -, bueno… me gustaría intentarlo.

-       ¡Guay! – se inclinó hacia ella con una disculpa en los ojos y la besó.

Dasha se dejó hacer, porque tenía que hacer que pareciera real, y le rodeó el cuello con los brazos, acariciándole suavemente el pelo. Los demás se habían quedado de piedra al verlos. Pero las chicas tenían unas amplias sonrisas en sus caras. Los chicos de Tokio Hotel no se creían lo que estaban viendo y Derek no terminaba de entender por qué actuaba así Dasha, si el día anterior estaba enamorada de Eric. Entonces empezó a hacerse una idea acertada de lo que estaba pasando.

Pero lo que no tenía precio era la cara de Eric. Una mezcla de confusión, celos, ira y tristeza se cruzaban por su rostro y no paraba de mirar cómo Georg acariciaba la espalda y el pelo de Dasha.

-       Suéltala – dijo con voz tranquila, pero fría, sin aguantar más lo que estaba viendo.

La pareja se soltó y se giró a mirarle, y la mirada de todos los demás también se giró hacia él. Les asustó lo gélidos que estaban sus ojos y cómo se apretaba los puños.

-       ¿Cómo dices? – preguntó Dasha, más enfadada que otra cosa.

-       He dicho que te suelte – repitió Eric...